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Daniela Rivera Arancibia

Santiago, Chile.

Comienza su educación artística profesional en la escuela de Artes Visuales de la Universidad de Chile especializándose en orfebrería, y luego como Diseñadora Industrial en la Universidad Diego Portales. Mientras cursa dichas carreras realiza paralelamente talleres de profundización en platería, joyería, arte y diseño entre otros, en Chile, Ciudad de México, Taxco y New York.

Luego de realizar su proyecto de tesis de Diseño Industrial sobre Joyería contemporánea, cuyos resultados fueron expuestos en México, se integra a Joya Brava entrando de lleno en la producción artística de joyería contemporánea, lo que la impulsa a exponer en Múnich, Bogotá, Légnica y Santiago, mientras combina su tiempo con diversas actividades ligadas al diseño y la creación en múltiples áreas. El año 2019 se forma en el estudio Honorato+Vicencio donde profundiza sus conocimientos en creación objetual y desarrolla obra de gran profundidad simbólica que juega con los límites de lo que conocemos como joyería y arte.

Declaración de intenciones:

"Nací y crecí en un país profundamente neoliberal, siendo espectadora del individualismo y competitividad que cultiva este sistema económico social, situación con la que nunca me sentí cómoda. Mientras estudiaba tomé contacto con la cultura mexicana y comienza a crecer en mí un sentido de pertenencia a un colectivo mayor, un sentimiento latinoamericanista de identidad y pertenencia, dando sentido de ahí en adelante a mis proyectos, lecturas y perspectivas. Por otro lado he ido produciendo piezas con un aspecto sensorial importante que se va desarrollando de manera muy instintiva, desde una perspectiva subjetivo-emocional alejada de la racionalidad con la que he abarcado otro tipo de obras.

Mi trabajo se inscribe en una convergencia entre estos dos caminos, por un lado con una profunda significación política y social y por otro lado enfocada en la sensibilidad y los sentidos.

Pienso y siento la joyería contemporánea en una estrecha relación con el cuerpo, la obra nace para un cuerpo que la habita y comunica en una relación entre cuerpo y obra, alejándose de la naturalización de la joya como intencionalidad de adorno o estatus".

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